FICHA TÉCNICA: 

 

Recorrido: Moya – La Fragata – La Josefa – Camino de Doramas – Camino de Zarzagorda – Camino de San Fernando – Los Tilos de Moya – Camino de San Fernando – Moya.

Desnivel: 153 m. (Moya 486 m. – La Josefa 551 m. – Camino de Zarzagorda 635 m. –  Aula de Los Tilos 484 m. – Camino de San Fernando 600 m. – Moya 486 m.)

Tipos de firme: Asfalto, cemento y tierra.

ENP: Parque Rural de Doramas y Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya.

Precauciones: En carreteras circular por su izquierda.

Opciones de transporte: Es posible realizar en coche gran parte del recorrido. Paradas de guaguas de Global en Moya y comienzo del Camino de Doramas.

 

                           

 

DESCRIPCIÓN GENERAL

 

Este camino parte del pueblo de Moya saliendo en dirección hacia Fontanales para pasar por varios de los caminos tradicionales que transitan por los barrios de mayor interés natural, paisajístico y etnográfico para finalizar de nuevo en el pueblo.

Esta ruta discurre por varios caminos de transición desde la villa de Moya hacia las zonas de Laurisilva por excelencia, La Reserva Natural Especial Los Tilos.

Comenzamos nuestra ruta en la rotonda de la calle Juan Delgado frente la Oficina de turismo, seguimos dirección hacia la calle La fonda para salir del Casco Urbano. Unos metros cerca del cruce nos encontramos La Fonda,  establecimiento antiguo e histórico que ofrecía servicios de hospedaje en la Villa de Moya.

La Fonda El Pilar, que así se denominaba, fue el alojamiento de moda para la luna de miel de los recién casados, especialmente en la conocida como época dorada del segundo tercio del siglo XX. En dicho cruce, tenemos varias direcciones, a la derecha dirección Guía-Gáldar, carretera GC-700, y a la izquierda dirección Fontanales carretera GC-75, por la continuamos hasta llegar a La Fragata, Recinto Ferial donde se realizan las Ferias de ganado en honor a San Antonio de Padua y en los últimos años se están realizando repoblaciones de plantas endémicas de la Laurisilva.  Subimos al barrio de carretería para seguir por un pequeño tramo del camino de Doramas, y conectar con el Camino La Zarza gorda y cruzar hacia el otro lomo y continuar por el camino San Fernando, ambos Caminos fueron sendas que permitían el fácil acceso a la antigua Montaña de Doramas, una de las puertas de entrada al bosque. Según cuenta la historia, desde allí se acarreaban la leña procedente de la montaña hacia la costa.

Desde el Camino San Fernando seguimos hacia el emblema del municipio, Los Tilos, esta reserva se encuentra incluida dentro del Parque Rural de Doramas y se extiende por una superficie de 91,5 hectáreas, ocupando los municipios de Santa María de Guía y Moya. Se trata de uno de los últimos reductos de Laurisilva de más calidad de nuestra pretérita Selva de Doramas, que hace 500 años se extendía por toda la cara norte de la isla. En la actualidad queda tan sólo un poco más de un 1% de la extensión que llegó a ocupar la Selva de Doramas en la isla grancanaria. Recorrido esta representación de la naturaleza en su estado más natural volvemos por el camino San Fernando para continuar y finaliza esta ruta en la Villa de Moya, es decir el casco Urbano.

 

ITINERARIO POR TRAMOS

 

Primer Tramo SVM.05 a: Moya (rotonda Juan delgado) – Camino Doramas (1200 m. / 25 minutos).

Iniciamos el recorrido en la C/Juan Delgado, junto a la Oficina de Turismo y tomamos la C/ Paseo de Doramas, junto a la estación de guaguas,  en dirección al Recinto ferial de La Fragata, que se encuentra a 620 m., junto al cruce de carreteras GC-700 de Moya a Guía y Gáldar, y la GC-75, de Moya a Fontanales.

Unos 30 metros más adelante nos encontramos este espacio, que bordeamos por la izquierda hasta dar con unos escalones junto a un estanque y una casa, por la que subimos y continuamos por sendero en fuerte subida, en dirección a La Josefa, coincidiendo con la carretera GC-75, junto a una curva, donde tomamos a la izquierda y derecha en zigzag, una pista de tierra, que nos cautiva con bonitas vistas del casco de Moya, seguimos hacia a un estanque y el Colegio de Carretería.

En este punto, a 1200 m., tenemos dos opciones: bajar a la izquierda hacia el barrio de Carretería y enlazar con  los senderos SVM.02 y SVM.08, o girar a la derecha por camino de tierra, nuestra ruta, y seguir hasta la salida a la carretera GC-075.

 

Segundo Tramo SVM.05 b: Camino Doramas – Camino San Fernando (2620 m. / 60 minutos).

Desde la GC-075 encontramos una parada de guagua en la entrada al camino de Doramas, a unos 400 m. del colegio, por donde nos adentramos por carretera de asfalto, encontrando un cruce a 1820 m., donde a la izquierda se dirige a Carretería y a la derecha, que tomamos, nos lleva a las Cuevas de Doramas, aunque abandonamos este camino pronto por un sendero que sube a la derecha, a 2100 m., para salir de nuevo a la carretera GC-075, a 2250 m., cruzamos y atravesamos un bosquete de eucaliptos, típica zona de celebración del Sancocho por la festividad de San Antonio, a mediados de Junio.

Bordeamos varias casas por su margen derecho y salimos a un camino de cemento, por el que avanzamos hasta la carretera GC-075, a 2790 m., por la que caminamos unos metros, y enseguida abandonamos por la derecha en camino de subida por calle sin salida, que pronto se transforma en pista de tierra y posteriormente en sendero, tras abandonar ésta a 3080 m., por la derecha, y que nos lleva hasta el Camino de la Zarzagorda, a 3290 m.

Salimos a un cruce asfaltado junto a una plantación de proteas, giramos a la derecha por este camino hasta llegar a la casa nº 27, donde abandonamos el asfalto a 3410 m., y tomamos sendero a la izquierda, cruzando el barranquillo de Moya, y enlazar con el Camino de San Fernando a la altura de la casa nº 23, y junto a un pequeño drago (Dracaena draco), a 3820 m.

 

Tercer Tramo SVM.05 c: Camino San Fernando – Los Tiles (2760 m. / 60 minutos)

Nuestro camino gira a la derecha por asfalto y en suave bajada hasta llegar a una finca vallada con entrada a la izquierda, a 4220 m., y marcada en un poste de teléfono con el nº 36.

Aquí continuamos por una pista de tierra que enlaza con el sendero de La Laurisilva a 4450m., junto a un ciprés (Cupresus sempervirens). Aquí tomamos el sendero de la derecha, ya que el de la izquierda lleva a una finca privada.

Nuestro camino avanza serpenteante hasta llegar a un cruce del recorrido circular del Camino de La Laurisilva de la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya, señalizado con un Poste, a 5260 m., que en nuestro caso seguimos descendiendo hasta llegar a la carretera GC-704, del Bco. de Los Tilos, y junto al Panel explicativo de la reserva, a 5380 m.

Se recomienda la visita a la casa forestal de la reserva y los alrededores, antes de disfrutar del recorrido por el camino de la Laurisilva, que se encuentra a unos pocos metros de la casa, junto a la barrera y tiene un recorrido de unos 1800 m.

 

Cuarto Tramo SVM.05 d: Los Tiles – Vuelta a Moya (4220 m. / 80 minutos)

El sendero de la Laurisilva nos lleva de nuevo al Poste del camino de La Laurisilva, donde ahora tomamos el camino inverso hacia el Camino de San Fernando, llegando al ciprés a 7880 m., y a la entrada de la finca a 8130 m.

Giramos a la izquierda y a partir de aquí, el camino siempre es en bajada por cemento, hasta el cruce de La Fonda, donde existía un descansadero de muertos. En este camino podremos disfrutar de hermosas vistas del casco barranco de Moya y zona de la Costa Lairaga.

Llegados al cruce, queda regresar al casco urbano por la C/La Fonda y el Paseo de Doramas, finalizando nuestra ruta junto a  la oficina de turismo.

 

INFORMACIÓN ADICIONAL

 

Ecosistema de la Laurisilva.

En latín laurus+silva, que significa “bosque de laurel”, también llamada selva templada o bosque laurifolio. Es un tipo de bosque nuboso subtropical o selva alta, propio de lugares húmedos y cálidos, con grandes árboles cuyas hojas se parecen a las del laurel, del cual toma su nombre. Así pues, la Laurisilva se da en regiones de clima templado húmedo y cálido.

La Laurisilva constituye el ecosistema más complejo de Canarias. Es una selva de gran altura (unos 25 m.), donde los árboles más altos crean una cubierta densa que no permite la entrada de luz a las zonas más bajas, por lo que las especies de pequeño aspecto, herbáceas, están poco desarrolladas. Sin embargo, se crea el ambiente perfecto para que crezcan helechos que en ocasiones pueden llegar a alcanzar gran tamaño (más de un metro de altura).

La Laurisilva poblaba Europa Central en la Era Terciaria, de donde desapareció debido al enfriamiento climático producido por las glaciaciones, quedando representada en las islas que forman la Macaronesia. Por este motivo, recibe el nombre de bosque fósil viviente. Podemos verla en islas como Tenerife (macizos de Anaga y Teno), en La Palma (Los Tilos), en el Hierro (en escarpes del Golfo), en la Gomera (Garajonay) y en Gran Canaria (Los Tilos de Moya). Los límites superiores de la Laurisilva están dominados por las fayas y los brezos. La Laurisilva y el fayal-brezal constituyen el denominado Monteverde canario, que se instala entre los 600 y 1200 m. de altura, bajo la influencia de los alisios húmedos del NE y, por tanto, del mar de nubes.

Las especies arbóreas más representativas son: el Laurel, el Barbusano, la Bencomia, el Bicácaro, la Rejalgadera, el Brezo, la Faya, el Viñátigo, el Madroño, el Acebiño, y así hasta nombrar unas veinte especies. Cabe señalar algunas otras especies que se pueden encontrar en la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya y que están en peligro de extinción, como pueden ser: la chaorra o la cresta del Gallo.

Con respecto a la fauna, cabe señalar que en la Laurisilva viven dos palomas endémicas como son: la paloma Rabiche y la Turqué, ambas en peligro de extinción. Dentro de la Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya se puede encontrar una variada avifauna, entre los que destaca la presencia de verderones, verdecillos, herrerillos, mosquiteros, petirrojo, chau-chau y pinzón vulgar. También se pueden hallar otras especies de vertebrados como el lagarto de Gran Canaria, perenquenes, rana común o ranita de San Antonio.

 

Reserva Natural Especial de Los Tilos de Moya.

Este espacio forma parte del que fue declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios Naturales de Canarias como Parque Natural de Doramas y reclasificado con la aprobación el 16 de noviembre de 1994 de la Ley de Espacios Naturales como Reserva Natural Especial. Asimismo, la reserva es por definición Área de Sensibilidad Ecológica, a efectos de lo indicado en la Ley 11/1990, de 13 de julio de Prevención de Impacto Ecológico.

Se encuentra a la salida del casco de Moya en dirección al Barranco El Laurel, ocupando precisamente el tramo bajo de dicho barranco. Se trata de un cauce con laderas de fuerte pendiente y fondo estrecho, donde el bosque pervive entre los 475 y 700 m. de altitud. Esta reserva se encuentra incluida dentro del Parque Rural de Doramas y se extiende por una superficie de 91,5 hectáreas, ocupando los municipios de Santa María de Guía y Moya. Se trata de uno de los últimos reductos de Laurisilva de Gran Canaria, comunidad vegetal que a pesar de su reducida extensión, ejerce un papel destacado en la protección de los suelos y la recarga del acuífero. Los Tilos de Moya, ofrece al visitante la oportunidad de disfrutar del lugar donde permanece el relicto de más calidad de nuestra pretérita Selva de Doramas, que hace 500 años se extendía por toda la cara norte de la isla. En la actualidad queda tan sólo un poco más de un 1% de la extensión que llegó a ocupar la Selva de Doramas en la isla grancanaria. Su área empezó a verse reducida ante las demandas de madera de la nueva sociedad, especialmente para la construcción, la obtención de leña y para el mantenimiento de la incipiente industria azucarera. Poco a poco, amplias zonas del bosque fueron sometidas a repartimiento.

Por otra parte, cabe señalar que actualmente dentro de la reserva no existe población, aunque hay dos viviendas y una pequeña cueva en ruinas. A la entrada de la misma, se puede encontrar un centro de interpretación que en su día fue la antigua casa forestal.

La especie más destacada de este paraje el til (Ocotea foetens), que da nombre a la reserva, pero existen otras muchas como el laurel, el barbusano, la faya, el palo blanco, el follao, el Acebiño, la cresta de gallo, etc. Se calcula que alberga unas 35 especies de la flora más amenazada de Gran Canaria, que encuentran aquí su espacio vital para desarrollarse, favorecidas, fundamentalmente, por una precipitación media de 510 mm.

 

La Fonda.

Se trata de un establecimiento antiguo que ofrecía servicios de hospedaje en la Villa de Moya. Concretamente se localizaba en la zona conocida como La Fonda, a la salida del casco de Moya en dirección a Fontanales. Actualmente, se encuentra cerrada desde hace años y presenta un estado de deterioro importante. No obstante, según se comenta, el ayuntamiento de Moya tiene interés en recuperar la antigua Fonda de la villa.

La Fonda El Pilar, que así se denominaba, fue el alojamiento de moda para la luna de miel de los recién casados, especialmente en la conocida como época dorada del segundo tercio del siglo XX.

Según relata Alfredo Ayala Ojeda, en dicha Fonda “se concentraban los afamados deportistas que tenían en puertas algún título que disputar” y que él acudía a visitar. Literalmente argumenta: “Precisamente de esas visitas, cuando yo aún contaba con el pelo oscuro, me reuní para hacer una entrevista, para el periódico El Eco de Canarias, con los notables boxeadores de la época: el espigado Sergio, Montenegro, y el estilista Lelo Suárez, Manuel Santacruz Palenke, preparador, de estos excelentes boxeadores y también de la Selección Nacional de Boxeo. Me encantaba acudir a estas concentraciones, por el ambiente que se respiraba. En otras ocasiones, también con Cayetano Ojeda “Kid Tano”, Cesáreo Barrera, García Gancho, etc., acudía hasta la Villa de Moya a saber su estado, en víspera de tan importantes encuentros”.

Asimismo, también resulta interesante mencionar sus siguientes palabras que demuestran la importancia que tuvo la Fonda de Moya: “La Villa de Moya, por esos años a los que me refiero, estaba de moda. Porque hasta esa fonda, también acudían, era la norma, las parejas de recién casados que elegían el paradisíaco lugar para pasar aquellos breves días de luna de miel. Moya, era lo habitual, lo que se estilaba. La temperatura, ideal… aquellos paseos por la zona de Carretería, Los Tiles, oxigenándose entre arrumacos, tranquilidad, paz…”.

 

 

 

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